Josefina Samper, fallecida el mismo 13 de febrero, a los 90 años de edad. Nacida en Almería, fue a vivir desde muy joven a Orán, en Argelia, ya que su padre había emigrado allí. Desde los 12 años, militó en las Juventudes Socialistas Unificadas y desde los 14 en el Partido Comunista. Participó en la difusión del diario clandestino España Popular, a la vez que creó una empresa cooperativa dedicada a la fabricación de zapatillas de rafia con la que pudo mantener a su familia y a otras familias de exiliados.
Con otras mujeres formó un grupo de apoyo a otros exiliados, gracias al cual conoció a Marcelino Camacho, con quien se casó en 1948. En 1957 ambos regresaron del exilio. En 1965, junto a otras mujeres del partidos, creó en 1965 el Movimiento Democrático de mujeres, considerado germen del actual movimiento feminista en España.
En 2016 se le otorgó la Medalla de Andalucía. En mi humilde opinión un poco tarde y un poco feo condecorar a una andaluza con tal currículum histórico ya a sus 88 años, pero por lo visto para la Junta de Andalucía eran más importantes (y por ello fueron condecoraciones anteriores) las medallas de, con todos mis respetos: la Federación Andaluza de Fútbol, Paco León, José Manuel Lara Bosch, Miguel Poveda, Pasión Vega o Manolo Escobar. Entiendo el significado de la Medalla de Andalucía como, en parte, un premio a la labor de difusión de la cultura andaluza. Pero para mí lo primero es lo primero.
Primero va la justicia, la dignidad y los derechos de las personas. Después el conocimiento. Y después el arte y la cultura. Pero en fin, solo es una opinión. Lo peor de todo es que, probablemente, si no hubiera sido la esposa de Marcelino Camacho no sabríamos nada de ella.
Descanse en paz.
(foto: Wikipedia)
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