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sábado, 8 de junio de 2019

Estos son mis principios, si no les gustan tengo otros 6/6/19: El Mesías Bolsonaro

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Ese señor que está con los pulgares para arriba junto a una pancarta conmemorando el alzamiento que condujo a la dictadura militar brasileña de 1964 a 1985, con el Congresso Nacional de fondo, es Jair Bolsonaro. Me reservo el deciros su segundo nombre para el final del texto, porque es de traca. Y qué mejor que una traca final.

Jair Bolsonarogano las pasadas elecciones generales en Brasil y tomó posesión del cargo el 1 de enero. Desde entonces ha hecho muchas cosas. Bueno, estrictamente hablando las han hecho sus ministros, pero no es de extrañar. Cuando le preguntaban en las entrevistas en plena campaña electoral cuales eran sus propuestas en educación, él respondía: "eso habrá que preguntárselo a mi ministro de educación", y con la misma frase (os lo prometo, yo lo vi con estos ojitos) respondía sobre sus propuestas en sanidad, economía, empleo, etc. Él y su equipo de ministros llevan gobernando poco más de cinco meses, y ya han conseguido:

   - Aprobar una reforma sobre las pensiones y las jubilaciones (que, por supuesto, retrasa varios años la edad de jubilación) 

   - Han suprimido todos los cargos de gobierno y gestión del Instituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade (el mayor órgano y centro de investigación y conservación medioambiental del país, sobre todo en el Amazonas) y los han sustituido por policías militares (os prometo que es verdad) 

   - Han decretado que la identificación, demarcación y registro de tierras ocupadas por indígenas será controlada por el Ministerio de Agricultura (que en Brasil es básicamente un lobby formado por los grandes terratenientes de plantaciones de soja, cuyo trabajo oscila entre talar la selva amazónica y presionar al gobierno para que acepte agrotóxicos que en la UE ni se les pasaría por la cabeza utilizar en los campos, con mucho éxito debo decir, así que ya podréis imaginar la que les espera a los pobres indígenas)

   - Han decretado un recorte de 30% en el presupuesto de las universidades públicas, y han mandado un comunicado público advirtiendo de que está prohibido que los funcionarios divulguen la existencia de protestas y manifestaciones (sí, no me he equivocado con el verbo: solo el acto de divulgar). Para añadir más cositas graciosas, os cuento: desde la dictadura existía la prerrogativa del presidente de elegir personalmente, de una lista de candidatos, a los rectores de las universidades públicas; sin embargo, los presidentes de la democracia acordaban de forma tácita nombrar siempre al candidato más votado de la lista; Bolsonaro ha hecho caso omisa a esta tradición y esá haciendo uso de ese poder. Más democrático imposible...

   - Recientemente están intentando aprobar una reforma de la legislación referente al código de circulación que contiene perlas como eliminar la multa a los que no lleven a los bebés y a los niños en sillitas especiales en el coche (sustituyéndolo por una simple advertencia, además de bajar la edad necesaria para dejar de usar la sillita de 10 a 7 años), bajar la categoría de infracción para los motoristas que no usen casco, aumentar el límite de puntos en el carnet de 20 a 40 (bonito aumento, ¿eh?), eliminar la obligación de encender las luces durante el día en autovías y autopistas, la eliminación de la prueba toxicológica de drogas que se les hace a los conductores de camiones, camionetas y autobuses para renovar su carnet, etc.

Y ni que decir tiene que todas estas reformas están firmemente jaleadas y aceptadas con orgullo aún por una buena parte de la población (y digo "aún" porque aquí en Brasil poco a poco se van escuchando testimonios de votantes de Bolsonaro arrepentidos... en fin).

Para no extenderme en exceso, y porque me da la sensación de que este gobierno psicotropical va a producir muchas publicaciones los jueves y los domingos en este vuestro blog, solo una conclusión a modo de cuasi-cierre: con los años, he llegado a observar que, en el proceso de evolución de sociocultural de los pueblos, tarde o temprano llega un momento en el que, ya sea por hartazgo sumo de la gente o por arrastre de la propia evolución sociocultural global, los pueblos progresan mucho en un período corto de tiempo; sin embargo, lo que sigue a estos períodos es una ola de pensamiento reaccionario que debe de proceder de dos cosas: el miedo que experimenta una parte de la población a ese cambio brusco (la calle se llena de homosexuales, los negros tienen más facilidades para conseguir el mismo trabajo, los hombres vamos a tener que limpiar y cocinar...), y por otro lado, también procede de un falso sentimiento de pertenencia a la élite, un falso acomodamiento y una falasa autopercepción de clase que lleva automáticamente a despreciar, por lo visto y por desgracia, a los que tienen menos, y de ahí lleva a asumir que el siguiente paso en la evolución del país es la ideología conservadora (es la psicología del pobre que se hace rico y se vuelve un avaro, solo que en este caso ni siquiera se ha hecho más rico, sino que ha mejorado ligeramente su bienestar). Por tanto, después de períodos de progreso vienen períodos de involución, y los gobiernos sociales son sustituidos, con la mayor de las felicidades y la mayor de las mayorías, por gobiernos autoritarios y despreciativos a los que les encantan los discursos de odio (del "buenismo" a lo "políticamente incorrecto", dicen ellos para dar un aire romántico a su cruzada).

Ya empiezan a acumularse las protestas de uno y otro bando en la calle; ya algunos empiezan a hablar de la necesidad de una moción de censura. El problema es que, en caso de producirse, sería el vicepresidente el que asumiría el gobierno de la nación. Y de ese personaje, el General Mourão, hablaré en otro momento. Solo decir que Bolsonaro es como un corderito a su lado. He dicho.

Por cierto, ahora es el momento de deciros su segundo nombre, que os va a dejar pasmados: el título del post no era por casualidad; el nombre completo del presidente de Brasil es Jair Messias Bolsonaro. Acojonante, ¿verdad? pues tendríais que leer a algunos de sus votantes escribiendo en facebook que eso es una señal de que él es el nuevo Mesías del Cristianismo. Pa meá y no echá gota.

(Foto: huffpostbrasil.com)







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