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viernes, 5 de julio de 2019

El monguer de la semana 30/6/19: Un puñado de madres y padres idiotas

anciana emolca a anciano en vehiculos artesanales


Inés es una niña de 11 años que tiene un retraso maduratico del 33%. Tarda un poco más en enterarse de las cosas, pero habla y se relaciona con los demás de manera normal. Inés se va cada verano unos días de campamento, donde se divierte y hace amigos. Debido a las positivas experiencias de los años anteriores, sus padres decidieron mandarla a un campamento de inglés en Aldeaduero (Salamanca), gestionado por la empresa Diverbo. 

Inés compartía habitación con otras dos chicas. Ambas chicas, que deben de estar muy bien educadas por sus padres, llamaron a sus familias para quejarse, y sus padres, que también parecen estar muy bien educados, inmediatamente elevaron su queja al campamento, añadiendo alguna que otra preciosa frase como "no quiero que mi hija tenga que cuidar de una discapacitada".

Inés tuvo que irse del campamento, prfundamente afectada y preguntándole a su propia madre si el hecho de que las otras no quisieran estar con ella era su culpa. Después de la indignación inicial en las redes con la empresa que lleva el campamento, ésta ha publicado un comunicado en el que afirma que intentaron con la mejor de las intenciones ofrecer una atención especial, a lo que Inés y sus padres se negaron y prefirieron irse. En parte, esto exculpa, en mi opinión, a la empresa, aunque según lospadres de Inés una de las soluciones propuestas era que la niña durmiera con una monitora en lugar de con otras niñas. Recalco el siguiente dato: Inés no tiene ningún tipo de discapacidad que la haga peligrosa para las demás niñas, solo tiene una alteración motora del aprendizaje. Ergo, es injusto pedirle eso a Inés y a sus padres, y sería humillante, creo yo, que tuviera que estar en esas condiciones.

En cualquier caso, para mí los monguers no son los de la empresa; ahora bien, si yo fuera el responsable del campamento, preferiría mil veces que se fueran las dos niñas que se quejaron antes que la niña con discapadidad, máxime cuando uno de los pilares que anuncia la empresa es la atencióna la diversidad. Pero en fin, quiero centrarme en esos padres de mierda que se quejan a un campamento porque a sus hijitas les ha tocado compartir la habitación con una discapacitada. Es de suponer que, teniendo en cuenta lo caro que es ese campamento, esas dos niñas no tendrán que "soportar" a ningún compañero demasiado diferente en su escuelita privada (qué misas más buenas tienen que celebrar allí, me imagino...). Además, no hay que ser muy listo para entender que las niñas que se han quejado, que solo tienen 11 años, no tienen ninguna culpa de lo sucedido. La culpa es de los valores, o más bien, la falta de ellos, inculcados por sus padres, que han perdido una oportunidad espléndida para enseñarle a sus hijas el valor de la diversidad, del compañerismo, del respeto a los que son diferentes, de la solidaridad, de la puta educación, con perdón de la palabra. Qué harán esas niñas cuando estén en el metro, o en el tren, o en el avión, y se les siente al lado alguien con discapacidad? Se quejarán a sus padres? Y qué harán sus padres? Quejarse al revisor o a las azafatas para que los expulsen? Y si alguna de esas niñas tiene algún día un hermanito o un primito con discapacidad, qué harán sus padres, de nuevo? Lo meterán en una habitacioncita para el solito y cerrarán con una llavecita?

Por hacer un esfuerzo e imaginarme una causa para las quejas, quizá Inés habla más alto, hace algún ruido al dormir, o a lo mejor hay que ayudarla a ponerse y quitarse los zapatos (aunque sus padres dicen que es totalmente autónoma), o hace más esfuerzos por socializar y por eso a las demás les puede resultar un poco "pesada" a veces, no sé. Y? Esa es la vida. Ya vivimos en un mundo en el que, en el sistema educativo no se contempla separar a ningún niño con discapacidad del resto. Ahhhh, pero claro, estoy pensando en la educación pública. No puedo ni imaginarme la bronca que me habrían soltado mis padres si yo, con 11 años, me quejo de que no quiero estar cerca de un niño discapacitado...

En fin, probablemente los padres de Inés la llevarán el año que viene a un campamento mucho más barato y con niñas y niños mucho más simpáticos, y no tendrán que aguantar a la escoria de este país (una vez más, me refiero a los padres, no a las niñas).

(Foto: recreoviral.com)

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