Hace unos días publiqué un post sobre la Dorsa Derakhshani es una de las mejores jugadoras. De hecho, en el campeonato sub-18 ha sido campeona del mundo. Sin embargo, ha sido expulsada del equipo nacional iraní. La razón es obvia si miramos la foto que acompaña a este post: en el reciente campeonato de Gibraltar jugó sin ponerse el velo. Dorsa, que por cierto estudia en España, no podrá jugar más en su país ni representarlo en ningún campeonato.
Éste es el modo más eficiente de perder grandes mentes, grandes talentos y grandes oportunidades: darle más importancia a cómo viste una mujer que a cómo juega al ajedrez. Muy bien, muy bien. Con un poco de suerte, se nacionalizará española y representará a nuestro país. Los Estados Unidos llevan generaciones beneficiándose, con merecimiento, de este tipo de cosas (aunque con la nueva política inmigratoria, una jugadora iraní como Derakhshani no podría ni siquiera entrar en el país, así que la cosa igual empieza a invertirse).
Por cierto, su hermano Borna, de 15 años, también ha sido expulsado del equipo nacional por jugar contra un israelí. Otro acierto.
(Foto: chess-db.com)
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