Que a la gente le guste sobre todas las cosas salir pitando hasta la playa más cercana para alternar el tumbarse quemándose al sol con el bañarse en el mar (que, reconozcámoslo, casi siempre está demasiado frío) y con el pasear de noche entre multitudes más o menos ruidosas (eso cambia mucho de unas playas a otras, es verdad), eso es algo que, aunque personalmente no me va nada nada, sí es verdad que les gusta mucho a mucha gente a la que quiero, y por eso lo respeto.
Que la gente abarrote ciertos destinos turísticos de playa porque, a pesar de estar más incómodos, son destinos más cercanos y/o baratos, también puedo llegar a entenderlo (ahora bien, casi cualquier destino de montaña o de campo suele ser, por lo general, más barato que casi cualquier destino de playa, y el clima puede ser más agradable en la costa, es verdad... o no, todo depende adónde vayamos).
Sin embargo, es que en Ibiza los alquileres para el verano ya están ridículos, oiga. He estado bicheando en internet, y ofrecen cosas como UNA habitación en UNA casa, con UNA cama para UNA persona, sin baño privado, por 10.255 €/mes, o mejor aún: una caravana con una colchoneta para dos personas dentro y con un aseo por 4.523 €/mes. Por respeto a todas las personas a las que quiero que son fans de la playa, voy a suavizar mucho mi opinión sobre lo que me parece esto.
Pero lo que me parece es que mucha gente tiene la necesidad patológica de juntarse con más gente; que mucha gente tiene la pereza patológica de buscar opciones de verano más sanas, cómodas, baratas y bonitas; y me parece que algún día la gente tendrá que aprender que no puede ser "o la playita, o nada". Porque, seamos, sinceros, el mercado funciona así: los precios suben hasta que la gente deje de comprar. Y si los precios en Ibiza están así es porque la gente se empeña en pasar el verano en Ibiza, cueste lo que cueste. Encontré una foto de una playa ibicenca abarrotada (muy parecida a la que he usado en este post) con un titular que me encanto: "Ibiza descubre que es finita". Lo que no es tan divertido es la enorme dificultad que tienen los que son de allí o los funcionarios que son destinados allí para buscarse un lugar donde vivir. No tiene sentido. Un señor nunca merecerá ganar millones de euros por correr detrás de un balón, y de la misma forma dormir en una cama dentro de una habitación no valdrá nunca 10.000 euros. Ni 1.000. Y si hay gente dispuesta a pagarlos, es porque no saben lo que realmente valen las cosas o, lo que es mucho peor, no saben lo que realmente vale el esfuerzo que ellos han invertido para ganar su propio dinero.
Pero, oye, por mi fantástico, que mis opciones de veraneo y de vacaciones sean siempre a contracorriente me viene de perlas. El día que quedarse una semana en un pueblecito de montaña no sea 4 veces más barato, tranquilo y cómodo que irse a cualquier playa (para mí), empezaré a buscarme otras opciones. Os lo dice alguien que lleva dos años viviendo a 15 minutos de una playa tropical en Sudamérica y que habrá ido a dicha playa no más de 5 veces en este tiempo. Y ahora podéis empezar a tirarme piedras, jejeje...
(Foto: apmarionaplanells.blogspot.com)
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