Otro atraso recuperado: esta vez se trata del fragmento literario de la semana pasada. Os traigo hoy uno de mis escritores favortios, lleno de imaginación, ilusión, optimismo y amor por la lectura, el autor perfecto para dar el paso desde los cuentos infantiles a las novelas juveniles, y autor de uno de los mejores libros del género: La historia interminable. Por supuesto, estoy hablando del alemán Michael Ende.
Se trata esta vez de un fragmento de otro de sus libros memorables, también llevado a la gran pantalla: Momo, una preciosa fábula sobre lo que es el tiempo y su valor en nuestra cultura de consumo vetiginoso. Disfrutadlo.
" Le
parecía estar encerrada en una caverna rodeada de riquezas incontables
que se hacían cada vez mayores y amenazaban asfixiarla. Y no había
salida. Nadie podía llegar hasta ella y ella no se podía hacer notar a
nadie, tan aplastada estaba bajo una montaña de tiempo.
Incluso llegaron horas en que deseaba no haber oído nunca la música ni haber visto los colores. No obstante, si le hubiesen dado a elegir, no habría renunciado a ese recuerdo por nada del mundo. Aunque se hubiera muerto por ello. Pues eso era lo que vivía ahora: que hay riquezas que lo matan a uno si no puede compartirlas. "
Incluso llegaron horas en que deseaba no haber oído nunca la música ni haber visto los colores. No obstante, si le hubiesen dado a elegir, no habría renunciado a ese recuerdo por nada del mundo. Aunque se hubiera muerto por ello. Pues eso era lo que vivía ahora: que hay riquezas que lo matan a uno si no puede compartirlas. "
(foto: el poder de la palabra)
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