¡Ay, qué guapo, qué moderno, que reformador! El nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, parece bastante carismático y desde luego muestra las ideas bastante claras a la hora de sacarle los colores al presidente Mariano Rajoy en el Congreso pero, claro está, es su labor como líder de la oposición...
El candidato socialista, en el cual (de verdad de la buena) pongo toda mi esperanza de que renueve, limpie, friegue y dé brillo al maltrecho PSOE, supuestamente abandera un nueva imagen del partido, y él personalmente quiere emprender una cruzada contra la corrupción (como todos) y acabar con la casta (como todos). A mí me parece estupendo que tenga esa intención, sobre todo como contrapartida al cada vez más rancio PP, y sobre todo si acaba siendo el próximo presidente de esta nuestra nación.
Lo que no me parece ya tan estupendo es que se niegue a debatir públicamente con otros líderes políticos, fíjate, sobre todo con aquellos que pueden sacar los colores a cualquier partido porque han surgido espontáneamente y de forma sorpresiva han obligado a las demás fuerzas políticas a tenerlos en cuentas y a tratarles con respeto, en lugar de recurrir a un triste "el de la coletita".
Por supuesto, me refiero a Pablo Iglesias. Yo no sé si el líder de PODEMOS es un gran estadista en potencia o un etarra prochavista como quiere hacernos creer la derecha, pero lo que está clarísimo es que debe ser alguien con bastantes argumentos incontestables a día de hoy, ya que no solo él, sino también otros pesos pesados de ambas alas como Elena Valenciano, Miguel Arias Cañete o Esteban González Pons (y qué triste es, de verdad de la buena, cuando políticos del PSOE y del PP se comportan de la misma manera, qué triste...); estos tres "adalides de la patria" se apartaron de un debate en julio al conocer que participaba Pablo Iglesias.
Así que el moderno, guapo y limpio Pedro Sánchez alega que tiene otras prioridades antes que debatir con el representante de una fuerza emergente y que cuenta con el apoyo de muchos españoles desde las últimas elecciones europeas (muchos de ellos anteriormente votantes del PSOE, claro), pero se dedica a participar en programas de TV muy mediáticos como El Hormiguero y Sálvame.
Qué gran gusto y sensibilidad política la de alguien que prefiere hablar por teléfono en directo con Jorge Javier Vázquez que hacer un debate político con Pablo Iglesias... ya veo yo por dónde parece ir la modernidad de Sánchez. Qué lejos han quedado los días en los que el PSOE se quejaba públicamente de que Mariano Rajoy rechazaba debatir en público con José Luis Rodríguez Zapatero... sic transit gloria mundi, y cada vez más rápido. Que me perdonen mis muchos amigos y familiares votantes del PSOE, pero Pedro Sánchez se está comportando como un Monguer total. Premio para el caballero.
(foto: lavanguardia.com)
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