Hoy os traigo un rinconcito más de mi amada Extremadura: el Puente de Alcántara, un magnífico ejemplo de arquitectura romana que ha resistido el paso del tiempo, con muy pocas modificaciones, las más importante de ellas tras su defensa durante la Guerra de Independencia ante los franceses, cuando éstos intentaban impedir la entrada de las fuerzas inglesas desde Portugal.
Un sitio precioso, tranquilo y extremadamente pintoresco. Y además, el pueblo merece mucho la pena la visita. Bueno, el pueblo y la fábrica de embutidos de ciervo y jabalí que hay a las afueras, jejeje...
(foto: de.wikipedia.org)
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