
Hoy termino mi panfleto sobre la degradación de la enseñanza pública, no porque no tenga mucho más que decir, sino porque he decidido que ya estoy cansado de hablar de esto... quizá cuando recupere mis fuerzas para luchas contra el sistema, volveré a la carga.
La vida de un profesor es fácil a veces, y bastante difícil otras veces.Qué fácilmente se da cuenta uno de la valía de un médico como servidor público, que está ahí para curarnos; qué importantes nos parecen (y lo son) los jueces y los abogados, que hacen ese trabajo tan necesario y que nadie más podría hacer, y cuánto les ha costado llegar a donde están, cuántos años han tenido que pasarse estudiando sin parar... Pues bien, eso es exactamente lo mismo por lo que tiene que pasar una persona para convertirse en profesor, con la salvedad de la mayoría de los procesos selectivos para el acceso a trabajos públicos son a través de exámenes tipo test, mientras que el acceso a la función docente se hace a través de exámenes en los que el aspirante tiene que desarrollar extensamente sus conocimientos. No me quejo, puesto que me parece adecuado que precisamente alguien que va a pasar su vida elaborando pruebas y formas de comprobar los conocimientos de los demás tenga que demostrar su habilidad en la realización de cualquier tipo de prueba de esta naturaleza.
Sin embargo, y a pesar de que a veces parece que tímidamente la imagen del profesor en la sociedad empieza a recuperarse, aún puede verse diariamente las muestras de desdén de una parte de la sociedad por las personas que, como yo, realizamos nuestra tarea: la culpabilización por los malos hábitos de los adolescentes o por su falta de motivación (factores que en la mayoría de los casos se gestan en el hogar), el odio velado o explícito de la parte de la población que pudo acceder al mismo trabajo que yo, con las mismas condiciones que todo el mundo conoce y en las mismas condiciones en las que yo lo hice, y que no lo hicieron por cualquier decisión personal, quizá por ejemplo, no perder gran parte de su tiempo entre los 20 y los 30 años estudiando y sin tener dinero ni siquiera para pagar la gasolina.
Pero no es eso de lo que quiero hablar para cerrar este ensayo. Quiero hablar de la mentira. De la mentira que todos los gobiernos, del PP, del PSOE, europeo... están contando a los padres y las madres de este país. Les están diciendo que sus hijos están bien cuidados, que aunque haya recortes, la calidad de la educación está asegurada, que la generación que se está formando será una de las mejores preparadas para afrontar ese futuro que les pertenece.
Es mentira. Los alumnos de ahora estarán menos preparados que nosotros. Los que tienen 15 años tendrán menos conocimientos, menos cultura, menos formación como ciudadanos que sus padres. La verdad es esta: la preocupación de las administraciones (ministerio, consejerías...) por los alumnos es prácticamente nula. Esta es la verdad: saben que los alumnos están perdiendo gran parte de su tiempo, ilusión y formación, pero no les importa lo más mínimo, porque, y este el el centro de la cuestión y el problema, la educación es el negocio público menos rentable que existe. Si entendemos que los beneficios de la educación se expresan en forma de actividad profesional, emprendimiento, innovación y, en general, capacidad de los individuos formados por el sistema de cambiar y mejorar la sociedad que los ha formado, esos beneficios se obtienen, como mínimo, entre 15 y 20 años después del proceso de formación. Comprenderán, damas y caballeros, que para un político es absolutamente ridículo preocuparse por dichos beneficios, que casi con toda seguridad nunca llegará a disfrutar en su mismo cargo.
Es mucho más fácil, entonces, obtener los beneficios inmediatos que se consiguen en forma de votos al convencer a la población (perdón, "a las familias") de que la educación funcionará, aunque no lo vaya a hacer. Es mucho más barato mentir diciendo que estoy pintando un cuadro que estará listo dentro de 20 años, y cobrar por él ahora, que realmente pintarlo. Así funciona la educación pública. Es una opinión que he madurado durante mis 10 años como profesor, así que no es fruto de poca reflexión, como podéis ver.
El ejemplo más fácil de entender es el de la famosa "educación bilingüe". La gran esperanza en la compra de votos por parte de los políticos en materia de educación. Se vende un producto genial: el desarrollo, de una vez por todas, de una verdadera competencia comunicativa en lenguas extranjeras para nuestros jóvenes. ¡Por fin España va a ser un país en el que la gente hable inglés, y lo hable bien! Y para eso potenciamos en la mayor medida posible la formación de profesores con perfil bilingüe, bien formados en materia de idiomas en nuestras Escuelas Oficiales de Idiomas (si aún creéis que el que sale de una EOI con un nivel B2 está capacitado para hablar en inglés, y comunicarse en un país extranjero perfectamente, estáis muy equivocados). Vamos a facilitar el trabajo de dichos profesores permitiéndoles realizar unos traslados mejores y dándoles una hora de reducción a la semana para que se reúnan y se coordinen, material, etc. y vamos a construir grupos de alumnos con la motivación, nivel de inglés y ganas de mejorar su educación para que el programa funcione.
Ojo, cierto es que muchas voces se han alzado para criticar la formación de estos grupos, diciendo que se forman grupos elitistas y los demás grupos se cargan de alumnos disruptores. A pesar de que siempre he sido un firme defensor de que la atención a la diversidad del alumnado debe darse en ambos sentidos (es decir, si le dedico recursos, espacios y tiempo extra a los alumnos que tienen dificultades de aprendizaje lo cual es perfecto y deseable, ¿por qué no hacerlo también con aquellos alumnos cuyas capacidades y expectativas se ven frenadas por su inclusión en grupos llenos de alumnos firmemente decididos a perder su tiempo y hacérselo perder a aquellos que de verdad quieren aprender, formarse y mejorar su vida?), aun así, entiendo esa crítica, y la realidad es que he trabajado en centros en los que de forma muy acertada se construían grupos de alumnos bilingües y no bilingües, mezclados, de forma que no se hacía élite de nada, y los alumnos bilingües solo se unían como grupo en aquellas materias que se impartían en inglés. Problema resuelto.
Como veréis, el programa de educación bilingüe tiene una pinta estupenda, yo mismo llevo en él muchos años y tengo que reconocer que me he beneficiado de un buen traslado a su costa. Sin embargo, como apuntaba más arriba, yo aún creo que mi trabajo debe estar centrado en mis alumnos y su futuro, y por eso escribo esto. El programa bilingüe es una farsa. Los recursos prometidos no existen, a los centros se les aconseja no retirar a los alumnos del programa aunque tengan dificultades para seguir el ritmo de los demás (¿dónde está ahora la atención a la diversidad?), es más, no se les retira aunque no tengan la más mínima idea de inglés. ¿Qué sentido tiene darle clase a un alumno en un idioma que no puede entender?
Resulta que este año los centros bilingües reciben la orden de hacerse bilingües al 100%. Esto significa que, a partir del próximo curso, todos los alumnos que entren serán considerados automáticamente bilingües. Sí, exacto, esos alumnos que no vienen a clase casi nunca, esos que fuman en el servicio, esos que insultan a los profesores, que gritan, que molestan a los demás, esos que a veces apenas saben hablar en español, todos ellos serán bilingües, es decir, estarán en un supuesto programa de "excelencia académica" y se considerará que saben comunicarse en inglés perfectamente. El programa se venderá como un éxito (con razón no quieren que ningún alumno lo abandone).
¿Por qué se hace esto, si es claramente mentira? muy fácil. Porque este producto se puede vender, y los beneficios se van a obtener rápidamente, en las próximas elecciones o las siguientes, donde podremos escuchar a los políticos decir cosas como "el 80% de nuestros alumnos son bilingües". Perdonad que me parta de risa. Os invito a entrar en un aula de mi centro y comprobar si esto se acerca mínimamente siquiera a la verdad.
Pero es que el objetivo es más oscuro aún: también es una cuestión de dinero. Aquí está el gran truco del que no hablan los políticos. El Fondo Social Europeo está pagando la mitad del sueldo de los profesores bilingües y de formación profesional. Por tanto, donde trabajan dos profes de estos, la Consejería de Educación paga a uno solo. ¡Pues claro que quieren más alumnos bilingües! ¡Que lo sean todos! ¡Si los profesores bilingües somos los más baratos! Eso sí, los europeos quieren saber en qué se gasta su dinero, así que envían auditores a monitorizar la actividad docente de esos profesores. Qué bonito si lo hubieran hecho siempre, para controlar a los profesores que no hacían bien su trabajo. Qué bonito si lo primero que nos hubieran dicho no fuera "hay que gestionar cómo se registran las excursiones que realizan los profesores, porque son ausencias docentes; mientras el profesor está de excursión, está faltando a su trabajo". Increíble.
Esperamos en un futuro próximo tablets para nuestros alumnos. Tablets que se romperán, perderán y robarán, y que harán rico a algún empresario. Tablets que llegarán a un centro en el que hemos pasado 10 días de los más fríos del invierno sin calefacción, calefacción que probablemente no podremos pagar, ya que el año que viene sufriremos un recorte del 22% en nuestro presupuesto de funcionamiento. Un centro en el que no tenemos internet 1 o 2 días de cada 5, en el que la impresora para imprimir los exámenes se ha estropeado unas 10 veces desde enero, en el que las increíbles pizarras multimedia por las que alguien se hizo rico se usan en contadas ocasiones, a veces porque están estropeadas, a veces porque en esa aula no las han colocado (diversidad ¿eh? algunos grupos las tienen y otros no... que me hablen después de elitismo) pero normalmente porque no hay internet. Pero da igual, la luz se va cada vez que caen cuatro gotas en este centro mío que no tiene salón de actos ni pabellón para educación física.
Este es el desmantelamiento de la educación pública en España.
(Imagen: profesorprecario.wordpress.com)
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