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viernes, 29 de mayo de 2015

Fueses estudiao 5/5/15: La historia de Nauru


Nauru es la república más pequeña del mundo. Es una diminuta isla de poco más de 21 Km cuadrados de extensión que se encuentra en el Pacífico, casi en el mismo ecuador, y alejada cientos de km de la costa más cercana. Fue descubierta en 1798 por marineros ingleses que le pusieron a la isla el nombre de "Pleasant", debido a su paradisíaco clima, la abundancia de frutas y peces que la zona ofrecía y la amabilidad de sus pocos nativos, que vivían una vida muy apacible y feliz.

Desde finales del siglo XIX, la isla había pasado por varias manos imperialistas: Alemania en 1888, Australia en 1920, Japón durante la Segunda Guerra Mundial y de nuevo Australia a partir de 1947.

A principios del siglo XX, un trozo de madera petrificada procedente de la isla llegó a manos de un químico que descubrió que contenía un alto nivel de fosfato de muy buena calidad. Después de una serie de propecciones, se descubrió que la isla era en realidad un enorme depósito de roca fosfatada formada por la acumulación de guano (excrementos de aves marinas). Así, durante la primera mitad del siglo XX Australia se benefició de este yacimiento, al parecer de una pureza no vista hasta entonces. 

En 1968, la isla se independizó de Australia. Inmediatamente, la joven república se convirtió en uno de los países más ricos del mundo. La prosperidad de los antiguos indígenas fue increíble desde entonces: todas las familias contaban al menos con dos vehículos de lujo para circular por la única y pequeña carretera que da la vuelta a la isla, y cada hogar contaba con lo último en tecnología. Era tal el nivel de vida, que cada ciudadano nauruano recibía del estado vivienda, electricidad, agua, teléfono y servicio médico de manera gratuita, y los jóvenes estudiaban también gratis en los mejores colegios y universidades del extranjero. El gobierno inglés hizo una fuerte inversión en la isla a través de fondos para la minería.

Sin embargo, el descontrol y el modelo de desarrollo insostenible de los nauruanos estaba condenado al fracaso: a finales de los 90, el fosfato comenzó a acabarse, y el negocio de la minería colapsó. Puesto que la isla era enteramente dependiente de dicho negocio, la economía entró en crisis. Además, la isla no podía desarrollar una industria turística, ya que la minería desenfrenada había acabado con el medio natural en el 80% de la superficie total, convirtiéndola en un páramo seco e imposible de cultivar.

Hoy en día, la esperanza de vida de los nauruanos, antaño muy alta, ha bajado hasta los 55 años. Muchos de ellos mueren de hipertensión arterial y otras afecciones cardíacas, propias de su reciente pasado con un alto nivel de vida. Debido a que la alimentación se compone casi en su totalidad de comida enlatada, tienen un altísimo índice de obesidad, así como la segunda tasa de diabéticos de todo el mundo.

El Banco Nacional es insolvente, y el país está cerca de la bancarrota. Los nativos subsisten hoy a duras penas a base de recolectar frutas en el pequeño espacio verde que quedó en la isla. Nauru, todo un ejemplo a pequeña escala de lo que no se debe hacer (y se hace) al planeta.

(Foto: elbauldejosete.wordpress.com)

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