Nikko es un lugar que todas las personas deberían visitar al menos una vez en la vida, aunque, claro, está al otro lado del mundo. Aproximadamente una hora al norte de Tokyo en tren, en las montañas de la prefectura de Tochigi, se encuentra este hermoso santuario del budismo absolutamente repleto de templos y de pagodas de distintas épocas, desde el siglo VIII hasta el siglo XVII.
Es imposible describir las sensaciones que se obtienen al caminar en los senderos limitados por cientos de faroles de piedra que unen unos templos con otros. Por eso os repito que hay que ir al menos una vez en la vida. He dicho.
(Foto: wikipedia)
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