Susana Díaz, la mujer guay del PSOE, se está pensando hacer pactos con el PP. Suena extraño, ¿verdad? Segun una información de El Periódico, la líder el PSOE andaluz tiene claro que su partido no tiene por qué estar obligado a pactar con PODEMOS para que los socialistas recuperen las alcaldías o las autonomías. Me parece bien, y me parece justo. El líder nacional de la agrupación, Pedro Sánchez, dijo en la pasada campaña electoral que no pactaría con dos partidos: el PP y Bildu. Me parece mejor aún, y lógico además, debido al abismo existente que hay (o que debería haber, al menos) en la ideología de estos dos partidos con respecto a cualquier partido demócrata de izquierdas.
Y sin embargo, Susana Díaz ha declarado, a través de Juan Cornejo, su secretario de organización, que se están planteando dejar Cádiz en manos de la lista más votada, es decir, la del PP, evitandop hacer frente común con la candidatura de izquierdas apoyada por PODEMOS. ¿Por qué? La respuesta es muy simple: esta maniobra podría convencer al PP de Andalucía de que se abstuviera en la próxima votación por la investidura del Parlamento Andaluz, lo cual le daría a ella el poder que tanto ansía.
Y así es Susana Díaz, damos y caballeras, una política vieja con cara de nueva, con todos los vicios y trucos de los profesionales de la política, una persona que prefiere dejar gobiernos en manos de la derecha a la que tanto dice odiar con tal de conseguir el poder personal en el Parlamento Andaluz y con tal de no acercarse a los que precisamente son los que más comparten con ella (o deberían compartir, al menos) ideología y deseos de cambio. Pero no es así. Al final, lo único que importa son los aliados y los adversarios, y estos pueden ser cualesquiera nos interesen en el juego político.
Muchas gracias, Susana, por mostrar tus intenciones de una forma bien clara, y por enseñar a la mayoría de tus votantes que los has engañado descaradamente. Espero que aprendan bien la lección.
(Foto: natxohernandez.com)
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