La nueva temporada de Menos mal que nos perdimos empieza con un pequeño y humilde reconocimiento a la persona que me llevo a este genial sitio. Este inolvidable verano lo empecé visitando a mi familia americana, y me alojé en la casa de los Palmer (parte de dicha familia), que viven en un apartado y apacible lugar del sur de California llamado Highland. Pues bien, en el pueblo vecino, Redlands, está, entre otras cosas, Hangar 44. Una microcervecería (o, como las llamas ellos, microbreweries... animo a todos los españoles que intenten decir esta palabra después de haberse tomado un par de pintas) absolutamente auténtica, llena de gente desde la caída del Sol, con actuaciones de grupos rockeros locales y con una enorme mesa de madera a la que se sientan casi todos los clientes... en definitiva, un lugar que se queda impreso en la retina de cualquier turista que visite USA.
Gracias a mi primo Larri pude disfrutar de este sitio único al que invito a ir a cualquier seguidor de este blog que visite California. Y, por cierto, la cerveza está que te cagas de buena (y puedes encontrarla en cualquier supermercado de la zona).
(Foto: thescvibe.com)
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