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miércoles, 12 de noviembre de 2014

El Monguer de la semana 9/11/14: Pedro Farré


Este Monger es a la escena pública española lo que Benito Mussolinni al mundo de los dictadores: ridículamente horroroso. Un payaso del mal, vamos. Pedro Farré era director de relaciones corporativas  de la SGAE. Si, hombre, esa agencia que nos dice con tono moralista que robar está mal, que si alguien pone música en una peluquería o una película en un autobús escolar está mal porque tiene que pagar un dinerito. Esa gente que dice que cuando compras un DVD virgen tienes que pagar un impuestito por si acaso lo usas para piratear cosas, lo hagas al final o no. Esa gente que se colaba en las bodas para denunciar a los novios por poner música en el convite sin haberles dado una parte del pastel. Esa gente que nos decían que copiar una canción o una película es como robar un bolso o un coche. Esa gente que quería cancelar las representaciones teatrales de Fuenteovejuna y El Alcalde de Zalamea que cada año realizan los vecinos de sendas localidades, o al menos exigirles varios miles de euros en concepto de derechos de autor.

Pues bien, al margen de las prevaricaciones ya conocidas de su cúpula encabezada por su presidente Teddy Bautista, hay otro caso en el que podemos ver en qué se gastaba la SGAE parte del dinerito que nos reclamaban para "preservar el honor de la creación intelectual". Este monger se gastó alrededor de 40.000 euros en prostitutas. Así de claro. Cuando fue imputado, rápidamente se apresuró a decir que era víctima de una trampa, de una conspiración. Sin embargo, la Audiencia Nacional lo ha sentenciado a dos años y medio de cárcel. Resulta que, para justificar sus gastos, presenta unos recibos firmados por él en el que justifica actos como seminarios, foros y presentaciones universitarias en esos locales de alterne cuando, según el dueño de uno de esos locales, "entraba a las cinco de la tarde con chicas y salía a las seis de la mañana, consumiendo copas, champán y cambiando de chicas con frecuencia. El dinero usado para invitar a las chicas procedía de su VISA corporativa. Otra demostración de que el señor Farré cree que somo estúpidos es otro intento de justificación, todavía más hilarante que el anterior: "como en estos locales se reproducía música, podía realizar labores profesionales tendentes a preservar los derechos de autor". En su web personal hace un retrato de sí mismo que no tiene desperdicio: "Desde muy joven me interesé por la política, la comunicación y la psicología, los tres asuntos que siempre han ocupado mis inquietudes intelectuales". Yo añadiría la prostitución, pero bueno. Y añade: "Quizá sea un diplomático frustrado". Para partirse de risa.

En fin un Monger de diccionario. Genial, divertido, horrible y tristísimo a la vez. Y luego que que traten a la gente de hacerla sentir remordimientos cuando se descarga una canción en internet... ¡enga ya, home!


(foto: abc.es)

1 comentario:

  1. Es una buena reflexión sobre la honestidad, pero algunas personas no siente remordimientos en hacer cosas que ellos consideran pequeñas, y que en la realidad es corrupción.
    Creo que el mayor problema de la falta de honradez es el acto en sí que daña a otro y también el acto en si mismo, en la mayor parte del tiempo. Así una persona que no usa el Windows original porque quier, pero "para protestar por los precios de Microsoft", el chico(a) no compra música, juejos o películas para "no apoyar la industria"....nunca es la responsabilidad del individuo, al contrario, él es la propia víctima. Así, dañar a otros no sólo dejan de ser inmoral, pero es en "defensa propia". Eso es horrible!!!

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