El Castillo de Olite, en Navarra, fue en realidad el palacio real cuando la capital del Reino de Navarra se trasladó a Olite a partir del reinado de Carlos III "El Noble" en el siglo XIV. Un castillo excelentemente conservado en ciertas partes y restaurado en otras, que conserva el sabor único del antiguo Reino de Navarra, mezclando elementos arquitectónicos ibéricos y franceses.
Merece la pena mucho, durante un viaja a Navarra, pararse en Olite y visitar el castillo. Eso sí: yo puedo deciros que lo visité en Agosto y arriba en las almenas estaba muerto de frío.
(Foto: espanafascinante.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario