Felipe González, el principal actor de la política española durante los años 80 y buena parte de los 90, nuestro presidente durante 14 años y legendario buque insignia de la izquierda española, no para de sorprendernos con sus virajes a la derecha cada vez más conservadora. Cierto es que este cambio de signo empezó hace ya bastante tiempo. Pero aún así, seguimos sorprendiéndonos de las barbaridades que este hombre está dispuesto a decir, no ya alejadas, sino diametralmente opuestas a las que solían guiar su política, al menos al principio.
Su última perla es "Pinochet respetaba más los derechos humanos que Maduro". Hombre, yo no soy un fan de Maduro ni lo era de Chávez, y ambos me parecen populistas y pseudo-dictadores ridículos a los que les encanta controlar los medios de comunicación y acallar a los disidentes enviándolos a prisión. Pero no he visto nunca a Maduro ni a Chávez reunir a sus opositores en un estadio de fútbol y masacrarlos, ni ordenar sistemáticamente secuestros y torturas. Ya sé que estamos hablando de comparar a malos políticos con políticos más malos aún, pero el problema aquí es que se el que sale beneficiado de la comparación es precisamente uno de los dictadores más sanguinarios y temidos de toda la historia.
Muy mal, Felipe, muy muy mal.
(Foto: ara.cat)
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