Si yo escribiera aquí todos los calificativos que me vienen a la mente cada vez que oigo hablar de más mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas, os aseguro que me Facebook me censuraría la publicación y me cancelaría la cuenta por uso de lenguaje indebido, y con razón.
En el último fin de semana, cuatro mujeres han sido asesinadas por hombres que no eran hombres. Hombres que no eran personas. Hombres que no eran ni la sombra de lo que deberían ser. Hombres que, de la forma más egoísta posible, descargaban sobre las mujeres que se habían sometido a ellos la ignominia de una vida fracasada, a veces por mala suerte y otras veces por pura estupidez y palurdismo.
A eso, unían la educación estúpida y equivocada de sus padres y de sus madres, que veían como lo más importante en la vida de una mujer el consagrar su vida a un hombre, y lo más importante en la vida de un hombre el expresar su masculinidad a través del dominio sobre la única persona que, físicamente, pueden dominar. Y a eso unían la connivencia y a veces el ánimo y la retroalimentación positivo de una ambiente social en el que las amistades potenciaban o al menos permitían ese tipo de comportamientos. Y a eso unían una clase política que no se preocupaba realmente de los problemas educativos y de infraestructura legal y social que están detrás de las muertes por violencia de género.
Y con todos esos factores, ocurrió lo que era lógico que ocurriera. Ocurrió que las mujeres que iban a morir murieron, y las personas que alguna vez pensaron "algún día escucharemos que la ha matado", escucharon que las habían matado. Y no ocurrió nada más que una pequeña mención en las noticias, un par de minutos de crónica antes de dedicar media hora a hablar de qué color es el nuevo coche de Cristiano Ronaldo.
Y el mundo fue un poco bastante peor cada día. porque mientras escribo esto, tengo el convencimiento de que en los próximos cuatro o cinco días, volverá a ocurrir. Y luego otra vez. Y otra. Y serán crónicas de muertes anunciadas, porque lo peor de todo este asunto es que las muertes por violencia de género son las más previstas, las que más gente sabe que se van a producir, porque conocen el caso, conocen a la futura víctima y al futuro asesino, pero nunca se hace nada. Qué triste y ridículo "minority report".
(Imagen: martinencias.com)
Cierto y horrible, pero por favor no olvidemos a los hombres maltratados y falsamte denunciados poor mujeres sin escrupulos que los hay. Apoyemos a todas las victimas y acabemos con esta lacra
ResponderEliminarLa peor lacra de nuestra sociedad y la más ignorada.
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