Hoy vengo con un rincón de esos de los que a uno le cuesta la misma vida marcharse. El tiempo se para y, mientras se disfruta de la puesta de Sol sobre Florencia y de la música, parece que todo está en orden. Para mí uno de los miradores más bonitos del mundo. Quizá el más bonito.
Y encima, la última vez que estuve allí me encontré a una amiga de Cáceres.. ¿qué más se puede pedir?
(Foto: tuscanycycle.com)
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