
El pequeño pueblo de Whittier, en Alaska, es un caso único en el mundo. Fue fundado en 1943 como base y puerto militar. En 1953 construyeron el edificio que veis en la foto, llamado posteriormente Torres Beigich, un bloque de 14 pisos para albergar a las familias de los militares. En los años 60, las instalaciones militares fueron cedidas a dominio civil, y en 1974 el edificio pasó a manos privadas.
Lo curioso es que la casi totalidad de los 210 habitantes actuales de Whittier residen en dicho edificio, exceptuando unos pocos que viven en un edificio de dos plantas adyacente. Como las Torres Beigich son el único edificio de entidad en muchos kilómetros a la redonda, resulta que casi todo está en su interior. Así, en el primer piso está la comisaría y la oficina de correos, en el segundo las oficinas del ayuntamiento, en la planta baja la única tienda de comestibles, en el séptimo piso el restaurante, y en los pisos 13 y 14 el único hotel del pueblo. El edificio cuenta además con una parroquia. Toda la vida del pueblo puede ser realizada de forma efectiva dentro del edificio (lo cual es de agradecer en un clima como el de Alaska, seguro), exceptuando la localización de la escuela, que se encuentra en otro edificio al que se puede acceder por un antiguo túnel subterráneo. Por cierto, el único acceso al pueblo es otro túnel que cierra por las noches.
(Foto: stories.californiasunday.com)
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