Una obra maestra de género televisivo. Si cuentas a alguien la trama, no podrá emocionarse nunca, igual que no puedes emocionar a alguien describiéndole un cuadro de Picasso. No digo que estén al mismo nivel, ojo. Pero algunas, escenas, algunos diálogos y los dos personajes principales de True Detective son ya clásicos que serán recordados para siempre. Las interpretaciones son más que magistrales. Algunas conversaciones entre los protagonistas son soberbias. El modo de contar la historia, los planos, la fotografía... sencillamente sublimes.
No tiene nada nuevo. Y ese es su mayor mérito: contar una historia nada nueva de una forma que nos haga vibrar como si fuera la primera vez que la vemos. ¿Es que acaso no cuenta Woody Allen la misma historia una vez al año, y aún así una de cada 3 o cuatro de sus películas son absolutamente geniales? Pues eso es arte.
(Foto: blog.elpais.com)
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